Carolina Iotti: el arte de trabajar con cerámica


Tramas orgánicas y geometrías danzan en cada pieza de esta artista local que tenés que conocer
Por Gustavo Peláez | Living
Las propuestas de Imperfecta Iotti.    / Gentileza Carolina Iotti
Foto 1 de 7
Sobre formas de cerámicas esenciales, Carolina Iotti traza, a menudo en negro y blanco, todo un repertorio de plácidas tramas orgánicas y geometrías joviales, coreografías ópticas que dan un inusual movimiento propio a objetos estáticos y nos recuerdan que su autora sobresale en el arte del tango bailado
La propuesta de Carolina Iotti es casi coreográfica. A través de sus piezas de cerámica pintadas a mano despliega líneas orgánicas y geométricas que generan una ilusión óptima peculiar.
Creadora de la marca Imperfecto Iotti, Carolina adquirió notoriedad entre los artistas locales a través de su trabajo con impronta personal. Hoy, sus diseños pueden encontrarse en el Museo Malba, y las galerías Central Newbery y Praxis.
Living. ¿Cómo es tu rutina de trabajo?
Carolina Iotti: Pintó aproximadamente siete horas por día. Empiezo a la mañana, alrededor de las nueve y no paro hasta las seis de la tarde para poder aprovechar al máximo la luz del sol. Acepto muy pocos trabajos a pedido. Por lo general, presento una serie de bocetos al cliente y en base a ese material acordamos el diseño.
L. ¿Por qué elegiste la cerámica?
CI. En realidad el material me eligió a mí… Utilizo el bizcocho cerámico como una hoja en blanco, formas que debo agradecer profundamente a las manos de Sebastián Díaz, que realiza cada una de ellas para que yo las intervenga. Siempre dibujé, tal vez eso es lo que más me atrae al comenzar un nuevo objeto. Tomar el lápiz y hacer el boceto para luego delinear y rellenar con el pincel a mano alzada. Otras veces trabajo las piezas enmascarando algo que también me encanta.
L: ¿Con qué te inspirás a la hora de diseñar?
CI. Me inspira todo lo que me rodea. Por lo tanto, el disparador pueden ser múltiples e inimaginables formas y cosas. Desde la naturaleza, la arquitectura, los textiles, el diseño gráfico, las tipografías, un afiche en la calle, un hombre o una mujer que se me cruzan por lo que llevan puesto… la lista es interminable.
L. ¿Cuál es la parte del proceso creativo que más disfrutás?
CI. El momento en que aparece una idea y pienso en cómo llevarla a los objetos. Es un proceso que a veces resulta un fracaso y lo que parecía que iba a funcionar decae completamente. Pero cuando esa idea llega a abrazar la pieza, la satisfacción es indescriptible.
L. ¿Cómo te imaginas que es el público que elige tus piezas?
CI. ¡Lo único que sé es que apurado no puede estar! Cuando la pieza que quiere no está terminada, va a tener que ser paciente y esperar semanas o meses. Cada pieza que hago esta numerada, pensada y realizada como única e irrepetible, eso de alguna manera define al usuario que las busca.
L. ¿Un diseñador al que admirás?
CI. La alemana Gunta Stölzl, una diseñadora y artista brillante, tejedora, que perteneció a la escuela de la Bauhaus. Me inspira por su experimentación para obtener nuevos tejidos baratos y resistentes, por la belleza de sus creaciones y fundamentalmente por su tenacidad en un mundo gobernado por los hombres. No es necesario que explique sobre las dificultades que ello conlleva.
L. ¿Hay algún invento que aún hoy te siga asombrando?
CI. La aguja de coser, porque tiene unos 50 mil años de antigüedad y fue el principio para que el hombre pudiera realizar su ropa, abrigo y calzado. Esto está ligado a mi historia personal y a mi infancia más temprana: ¡Mi abuelo paterno fue un sastre extraordinario cuando todo se hacía completamente a mano!
L. Si tuvieras que identificarte con el diseño de un objeto ¿cuál sería?
CI. El de los creadores Ladislao Biro y Juan Meyne: la birome, por lo útil y barato..

Comentarios