Pruebas Crece: los colegios privados se autoevalúan como proceso de mejora


Diseñadas por la Fundación CEPP, las evaluaciones se realizan dos veces por año; les permiten refirmar las fortalezas de sus alumnos y docentes y trabajar en las deficiencias
LUNES 24 DE JULIO DE 2017
Dos veces por año, en abril y en octubre, los alumnos realizan las pruebas Crece
Dos veces por año, en abril y en octubre, los alumnos realizan las pruebas Crece. Foto: Michael Ham Memorial College
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"Nos sirvió para darnos cuenta, por ejemplo, de que en matemática los temas de geometría y estadística son cuestiones que los docentes dejan para el final y muchas veces no llegan a darlos", dice María del Rosario Moore, directora general del Grilli Canning College, al referirse a las pruebas Crece, de las que participa el colegio. Las evaluaciones les sirvieron para replantear la estrategia e incluir los temas a lo largo del año. Los cambios que implementaron permitieron que se refuerce a los alumnos y logren mejores resultados.
En abril, 3520 alumnos de la provincia de Buenos Aires rindieron la primera instancia de las pruebas denominadas Centro de Recursos para la Evaluación y el Cambio Educativo (Crece). El Grilli Canning College es uno de los 18 colegios que decidieron contratar a la Fundación Centro de Estudios en Políticas Públicas (CEPP), para realizar una evaluación externa como parte de sus procesos de mejora. El programa comprende dos evaluaciones anuales: entre el 24 y el 26 de octubre se tomará la segunda prueba, dos semanas después de las oficiales nacionales Aprender.
"Los colegios quieren y necesitan evaluarse porque les da insumos para trabajar con sus maestros y construir una estrategia de mejora con resultados palpables y objetivos," dice Gustavo Iaies, presidente de la Fundación CEPP. Participan también en el programa el colegio San Juan el Precursor, de San Isidro; el Michael Ham Memorial College, con sus sedes de Vicente López y Nordelta; el Cardenal Newman, de Boulogne; el Grilli College, con sus sedes de Monte Grande y Canning, entre otros.
Las escuelas participan, a su vez, de las pruebas Aprender del Ministerio de Educación de la Nación. Este año, el presidente Mauricio Macri dio a conocer los resultados "sorprendentemente malos" de estas pruebas, donde siete de cada 10 chicos que terminan el secundario no tienen conocimientos básicos de matemática; la mitad de los que hoy empiezan la escuela pública no la terminan y la mitad no entienden los textos que leen.
El resultado de Aprender refleja que en la secundaria, en quinto y sexto año, sólo el 53,6% de los estudiantes alcanzaron niveles de desempeño satisfactorio/ avanzado en lengua; el 46,4% se encuentra en el nivel básico y por debajo del nivel básico. En matemática, el 29,8% logró niveles satisfactorio y avanzado; el 29,3%, nivel básico, y el 40,9% está por debajo del nivel básico. En primaria, el 66,8% logró niveles satisfactorio y avanzado en lengua, mientras que en matemática estos resultados fueron alcanzados sólo por el 58,6% de los alumnos.
Según la directora del Grilli Canning College, las diferencias principales de las pruebas Crece y Aprender "tienen que ver con la rapidez en la devolución del informe y la profundidad de la evaluación, además las Crece son dos instancias por año y Aprender es una sola".
Cada sección de las evaluaciones Crece contiene casi el doble de preguntas que las Aprender y los reportes que se entregan posevaluación contienen un análisis de la escuela y de cada alumno.
Las evaluaciones del Gobierno son obligatorias y gratuitas, mientras que quienes participan de las Crece lo hacen por voluntad de la institución y deben pagar un monto que CEPP no quiso especificar. Ambos sistemas se centran en conocimientos de lengua y matemática. Se diferencian también en que Aprender evalúa en ciencias naturales y sociales. Las Crece, en cambio, tienen una parte de producción escrita, aunque esta sección es opcional.
Las Crece se hacen todos los años. La información es entregada a las autoridades de cada escuela, que deciden con quién la comparten. "La principal barrera para que no se inscriban en las pruebas es el miedo a que los resultados sean malos y la comunidad se entere", dice Iaies. En algunos casos, los reportes se usan de forma interna para analizar con los docentes. Pero, a veces, se elige compartirla con los padres, como el San Juan el Precursor, o con los alumnos, como lo hará el Michael Ham Memorial College cuando sus alumnos regresen de las vacaciones de invierno.
Las evaluaciones Crece se realizan en el último año de cada ciclo, que son tercero y sexto, de primaria y de secundaria. Existen dos instancias: una evaluación en abril y otra en octubre. La primera es una evaluación de diagnóstico que busca ayudar a las instituciones a identificar las falencias y los puntos fuertes de los alumnos.
"La idea es que los informes les sirvan a los colegios para diagramar su estrategia académica", dice Agustina de Rosa, coordinadora del programa Crece, en CEPP. La segunda instancia es la definitiva y mide las mismas competencias en octubre.
Los resultados de las evaluaciones se entregan 30 días hábiles después de realizadas. A cada colegio que participa se le entregan tres reportes. Un informe general, que permite a cada escuela compararse con los otros colegios. Cada institución es informada sobre su desempeño con respecto a las demás, pero no se da a conocer a qué colegio pertenecen los otros resultados. "Es bueno poder compararnos con otros colegios de las mismas características que el nuestro, bilingües, con la misma carga horaria", dice María Naón, directora del nivel primario del colegio San Juan el Precursor, que también participa de estas pruebas.
Además, se entrega un reporte por escuela, que brinda información sobre las competencias y los contenidos de cada grado. Por ejemplo, para el caso de matemática, las competencias evaluadas son resolución de operaciones, reconocimiento de conceptos, resolución de problemas y comunicación matemática. Con respecto a los contenidos, se brinda información sobre cómo se desempeñaron en álgebra, geometría, etc.
El tercer informe que entregan es un reporte por alumno. Si bien la Fundación desconoce el nombre de a quién corresponde cada evaluación, cada alumno tiene un número ID que lo identifica y la escuela sabe quién es. Se entregan cuadros estadísticos que muestran cómo le fue al grupo, la media, y otro cuadro por alumno.
"Siempre en los cursos tenés una heterogeneidad de alumnos. Así podemos identificar en qué tema está más flojo cada uno y trabajamos con eso en forma particular", dice Moore, del Grilli Canning, que cuenta que prestan atención a las necesidades de cada alumno. Además, dice que les suelen dar "mejores resultados con respecto a los otros colegios."
Todas las instituciones consultadas cuentan, además, con algún sistema de evaluación para el idioma inglés, como los exámenes de Cambridge.

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