Advierten que "podría ser una catástrofe" el rescate de los chicos atrapados en una cueva de Tailandia


Según Raphael Aroush, un buzo israelí, la muerte de uno de los rescatistas demostró lo complejo que será sacarlos buceando.

La muerte del recatista Samarn Kunan, un exbuzo de la marina tailandesa que se quedó sin oxígeno, puso al desnudo lo complicado que sería evacuar a los 12 chicos atrapados en la cueva de Tailandia con su entrenador sin poner en peligro sus vidas.
Como el lugar quedó inundado, la única manera de sacar a los chicos sería buceando, al menos durante algunos tramos. El camino es largo y difícil. Un buzo experimentado necesita 11 horas para hacer un viaje de ida y vuelta hasta donde están los nenes: seis de ida y cinco de vuelta gracias a la corriente.
Para Raphael Aroush, un buzo israelí de 53 años que vive desde hace años en el país del sudeste asiático y que participa de las tareas de rescate "sacar buceando a los chicos es muy arriesgado. Piensen en lo que pasó, un Navy Seal acaba de morir anoche. Imagínense lo que podría ser para un niño de 12 años", dijo a la agencia Reuters.
"Hay agua por todos lados. Uno tiene que atravesar pasajes angostos con mucha agua. No es una forma normal de bucear. Además, la visibilidad es realmente mala. Uno tiene que bucear a ciegas. Muchas cosas pueden salir mal. Podría ser una catástrofe", aseguró Aroush.
"Las condiciones son realmente difíciles. Es peligroso para los buzos más experimentados", insistió. Para chicos que no saben nadar y menos bucear, podría ser fatal.
"En un principio pensábamos que los niños podrían quedarse durante mucho tiempo. Pero la situación ha cambiado y ahora nos queda un tiempo limitado", declaró ante la prensa el jefe de los comandos de la marina, Apakorn Yookongkaew, uno de los responsables de la célula de crisis.
Los chicos están atrapados desde hace casi dos semanas en la cueva. Los encontraron el lunes,
Los chicos están atrapados desde hace casi dos semanas en la cueva. Los encontraron el lunes,
Nuevas lluvias monzónica amenazan con anular los esfuerzos de bombeo del agua de la cueva realizados hasta ahora, y que baja a razón de un centímetro por hora. Por ahora, los socorristas dicen que prefieren esperar a que baje el agua: esto permitiría a los niños salir a pie por la galería, con una parte mínima de tramos submarinos que se tengan que recorrer con máscaras.
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