“Hace un mes que no voy a trabajar porque él me sigue”


Estaba detenido; salió y la volvió a golpear

Hace 6 Hs 5 16
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EN NOVIEMBRE. P. muestra las amenazas que le enviaban desde la cárcel. la gaceta / foto de diego aráoz
En 2013, P., de 37 años, tuvo una corta relación con un hombre que luego se volvió una pesadilla para ella: la amenazaba, la golpeaba, le robaba. Tras algunos años de calvario, la mujer logró que su agresor fuera a la cárcel, en noviembre del año pasado. Sin embargo, según mostró en una entrevista que dio a LA GACETA, ni siquiera los barrotes frenaban esta situación. El hombre la amedrentaba a través de mensajes de texto. En mayo él salió, y ella volvió a ser víctima la semana pasada: según denunció, el hombre ingresó a su casa, la golpeó a ella y a uno de sus hijos, y no la deja en paz.
“Yo era viuda, ya tenía cuatro hijos. Nos conocimos por vivir cerca. Nos hicimos amigos, salimos a tomar café y comenzó la relación. Pero él nunca me decía en qué trabajaba. Contaba que era albañil, que hacía changas. A los dos meses, alguien me dijo que vendía droga y corté la relación. Allí comenzaron las agresiones”, relató la mujer.
P. también fue la protagonista de otro hecho que salió en LA GACETA: en 2015, llamó al 911 porque su ex la estaba amenazando con un cuchillo. “Ese día pateó la puerta, se puso agresivo, le pegó dos patadas a mi hijo en las costillas. Lo sacaron con gas lacrimógeno de mi casa. Tenía de rehenes a mis hijos y no se quería entregar a la Policía. Yo les pedía que tiren la puerta, rompan las rejas pero que sacaran a mis hijos de ahí”, relató.
La víctima explicó que toda esta situación se debe a una obsesión que el hombre tiene con ella: “En todo momento me dice que si no vuelvo con él, no voy a tener pareja, ni marido, ni nada. Está atento a quien llega y sale. Si viene alguien se asoma por la ventana a gritar que soy una p..., Hace un mes que no voy a trabajar porque me persigue”.
En cuanto al último caso de violencia, explicó que el domingo de votaciones de las PASO, el agresor ingresó a su casa ebrio, pateó puertas, la tomó del cuello, rompió cosas y casi apuñala a uno de los cuatro hijos de la mujer.
“Tuve que llamar al 144 para que me pusiera una consigna policial. Tengo miedo por mis hijos; él me dice que nos va a matar a todos. Son muy cortos los tiempos que pasa en prisión; siempre sale y vuelve a hacerse el loco con nosotros”, lamentó.

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