Breve reseña sobre Adolfo Kaminsky, el Schindler argentino
10 Jul 2017 27
Adolfo Kaminsky nació en Argentina en 1925, hijo de una familia judía procedente de Rusia, pasó parte de su infancia en una casa chorizo en el Buenos Aires de los años 20. Era un niño de pelo ondulado que jugaba, como todos los otros niños, en pantalones cortos.
En 1932 viajó a París. Allí, durante la pesadilla nazi, fue conducido junto a su familia a Drancy, el paso previo hacia Auschwitz. Gracias a su nacionalidad argentina, él y su familia fueron deportados y pudieron regresar a París.
Pero París tampoco era un lugar seguro, la amenaza de deportación era constante, su familia debía desaparecer, cambiar de identidad. Por eso, cuando Adolfo tenía 17 años, su padre se puso en contacto con un pequeño movimiento de resistencia que los iba a proveer de documentos falsos.
Por ello Adolfo se reunió secretamente con un hombre apodado ‘Pingüino’, quien le preguntó si lo anotaba como ‘estudiante’. Pero Kamisnsky quería trabajar, y le dijo: “No, como estudiante no. Anóteme como tintorero.”
El ‘Pingüino’, sorprendido, le preguntó: “ Tintorero… ¿sabes sacar las manchas de tinta?” A partir de ese momento Kaminsky se convirtió en falsificador de documentos para la Resistencia francesa.
Antes de cumplir 19 años ya había salvado a miles de vidas con su informal oficio durante el horror de la ocupación alemana.
En una ocasión tuvo que falsificar 900 documentos en tres dìas para salvar a 300 niños. No se permitió el sueño porque sabía que si dormía una hora, 30 personas morirían. Luego de desmayarse del cansancio, Kaminsky se recuperó y siguió trabajando para finalmente poder entregar todos los documentos y salvar a los chicos.
Después de la Guerra se involucró con otros frentes de izquierda del mundo, capacitó falsificadores para ayudar a los perseguidos de otros regímenes dictatoriales, como los de Latinoamérica en los 60, la España de Franco, la Argelia colonizada y otros movimientos revolucionarios.
En 1962, al servicio del Frente de Liberación Nacional, falsificó un metro cúbico de billetes de cien francos, es decir, unos cien millones de francos, con la idea de desestabilizar la economía francesa en medio de la guerra por la liberación de Argelia. Finalmente Francia decretó un Cese de Fuego, razón por la cual ese dinero no se utilizó y el dinero fue quemado. Kaminsky dijo entonces: "Las historias de dinero no hacen más que generar graves problemas. Los líos siempre comienzan con el dinero."
En los años 70 se retiró y guardó un silencio tranquilo, modesto, sencillo, sobre su pasado como falsificador. Ese silencio duró hasta la publicación en 2011 del libro Adolfo Kaminsky, el Falsificador donde su hija, la autora de esa formidable biografía, documenta muchas de las verdaderas hazañas que libró Kaminsky, quien a la luz de la historia, seguramente quedará como el Schindler argentino.
El libro está redactado por su hija, pero quien nos cuenta los hechos es él. A modo de entrevista íntima, de diálogo ameno, el libro transporta al lector a un lejano sillón donde mantiene una apasionante charla con su protagonista y narrador. Tras esa conversación es imposible no disfrutar de la cordialidad, de la admirable sencillez, del asombro de hablar mano a mano con un auténtico héroe de la libertad.
A continuación un pequeño documental del Times sobre Adolfo Kaminsky, el Falsificador.
Más información:
https://www.clarin.com/rn/ideas/Adolfo-Kaminsky-argentino-judios-Shoa_0_S1fMZv33v7e.html
http://www.lagaceta.com.ar/nota/472465/la-gaceta-literaria/desconocida-historia-schindler-argentino.html
https://en.wikipedia.org/wiki/Adolfo_Kaminsky
http://www.lagaceta.com.ar/nota/711025/sociedad/argentino-salvo-miles-vidas-papeles-falsos.html
@Cesario
El documental sobre Adolfo Kaminsky.
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