Ushuaia invernal: un viaje a los márgenes del mundo
Si tu próximo destino es Tierra del Fuego, te recomendamos qué hacer y dónde comer en la ciudad más austral.
- El hermoso Valle de Tierra Mayor: un lugar con magia fueguina
Por Agustín Maya
Apenas uno pisa Ushuaia, tiene la sensación de estar en un lugar con reglas propias en donde el frío, vaya obviedad, manda. Eso habla no solo de la resistencia de sus habitantes sino también del magnetismo del lugar para seducir a los visitantes con atractivos de todo tipo: deportes en la nieve, exquisita gastronomía, naturaleza en estado puro y hasta un penal de máxima seguridad convertido en museo con historias de presos célebres.
Magia austral
A 25 km de la ciudad se encuentra el Centro de esquí del Cerro Castor (1100 m) que cuenta con 34 pistas para todos los gustos y niveles. El centro fue inaugurado en 1999 y pronto se transformó en una plaza interesante para esquiadores de todo el mundo porque ofrece nieve durante junio y septiembre (época en la que en Europa la nieve escasea) y además cuenta con un atractivo de origen: es el más austral del mundo. Al pie del cerro están las aerosillas que ascienden hasta los 1050 m. y varios lugares para comer rico y alquilar todo lo necesario; desde botas y esquíes hasta pantalones, camperas técnicas y antiparras. Nada de esto es económico pero vale la pena.
- Esquí y snowboard en el Cerro Castor
A unos 20 minutos del centro (por Ruta 3) se encuentra el extenso Valle de Tierra Mayor (El Renacido se filmó cerca de esta zona), una suerte de remanso en el paisaje dominado por cerros cubiertos de lengas, ñires y coihues. Acá se puede disfrutar de varias actividades al aire libre y en plena relación con el entorno. Las empresas Ushuaia blanca y Antartur ofrecen esquí de fondo, recorridos en motos de nieve, el clásico "culipatín" y los emocionantes paseos en trineos tirados por perros siberianos. Para los más aventureros hay excursiones en 4x4 pasando por lugares de una belleza inigualable y el trekking con raquetas que regala una experiencia más relajada e ideal para conectar con la naturaleza.
Ushuaia a la carta
La ciudad tiene una interesante oferta gastronómica muy ligada a los frutos de mar, y la centolla es "el" bicho estrella: los Yaganes, habitantes originarios, ya la pescaban en el siglo XIX y desde hace unos cuantos años es la vedette absoluta de la gastronomía fueguina. El crustáceo de diez patas se prepara de diferentes maneras pero la más atractiva es entera y luego de un hervor rápido. En el cálido bodegón Volver (Maipú 37) la centolla llega a la mesa tal cual salió del mar. Para poder acceder a la carne es necesario cortar las patas con tijeras y hacer todo lo posible para no pincharse. Si se quiere disfrutar a pleno la experiencia, el mozo recomienda comer con la mano y mancharse sin culpa.
¿Más restaurantes recomendados? Tante Nina (Gobernador Godoy 15) es uno de los restaurantes más exclusivos de la isla y ahí se sirve -entre otros platos- un exquisito ceviche de centolla. En Kaüpé (Gral. Roca 470) la especialidad son los pescados y mariscos y desfilan platos como el ceviche de vieras y de cojinova, merluza negra con salvia y limón o pulpo con oliva. Otro manjar es el cordero fueguino y se puede probar en La Cravia(Hotel Arakur, Cerro Alarken 1) que ofrece variedad en comida local, distinción gourmet y una gran panorámica de la ciudad y la bahía.
Con los pies sobre el agua y la nieve
La excursión por el canal de Beagle es un clásico ineludible en Ushuaia. Este paseo puede durar entre una y tres horas -según el prestador- y permite acceder a una imponente vista frontal de la ciudad, sus cerros y la costa de Chile. También posan para la foto las colonias de lobos marinos y cormoranes y el famoso Faro Les Esclarieurs (Los Iluminadores).
- Cada pareja está formada por una hembra y un macho ya que estos últimos son muy territoriales.
Para los que están buscando algo diferente, la excursión es "Nieve y fuego". Esta actividad es nocturna y se hace en medio del Valle de Tierra Mayor o también, en el medio de la nada. Todo comienza con un viaje en trineo hasta el refugio al pie del cerro. Ya en el lugar y al calor del fogón, corren los pinchos, la comida calórica y el vino caliente hasta que llega la sobremesa con guitarreada incluida. La vuelta se hace en motos de nieve y es el mejor de los regresos si además es bajo la luz de la luna llena.
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