FESTIVAL ARTÍSTICO Los títeres llevan su alegría a los Valles


Distintas localidades calchaquíes reciben el Encuentro Internacional de Titiriteros para compartir experiencias.

PERSONAJE. Daniel Kily Lobo es el creador de un simpático perro pulgoso. Gentileza Olga Sánchez.
Un ritual muy especial se vivirá mañana en una plaza que se está construyendo en Los Zazos. Decenas de titiriteros de la Argentina, Italia, Brasil, Chile y Colombia, integrantes de 15 elencos que participan de Primer Encuentro Internacional de ese género en los Valles Calchaquíes, enterrarán un muñeco con el objetivo de que todos los años, en la misma época, vuelva a la superficie. Será una alegoría de lo que estos artistas (ambulantes desde su mismo origen histórico) llevan a cada lugar donde visitan: la alegría y la felicidad.

La tradición de este acto, según los relatos orales, surgió del pueblo colombiano de Contratación, donde se desenterró imprevistamente un títere durante la remodelación de un paseo público y fue tomado como el símbolo de lo bueno que surge desde el vientre de la tierra en el imaginario popular de los habitantes de ese lugar.

En encuentro se desarrolla desde el lunes con especial éxito en las funciones que se realizan en una veintena de escuelas, centros culturales y espacios públicos de las localidades de la zona, y concluirá el domingo en la plaza central de Amaicha. El principal organizador de la actividad, Daniel Kily Lobo, (director del grupo La Feliz Comitiva) aclaró: “los titiriteros llevamos nuestro arte pero, en realidad, estamos ávidos de aprender”.

“En el valle de la alegría”, es el nombre dado al festival, donde se propició un espacio de interrelación muy especial con los pueblos originarios de la zona. Precisamente, la elección de los Valles Calchaquíes como centro se basó en la necesidad de facilitar el intercambio de saberes y experiencias entre artistas y público, con espacios horizontales de debate.

“En realidad, es un reencuentro con factores trascendentales y que en la actualidad están siendo desplazados por un sistema global donde la tecnología ha ido relegando a nuestras culturas, tradiciones y costumbres. Hacemos hincapié en el acercamiento y la integración de las comunidades originarias porque pensamos que son una de las voces calladas y que tienen mucho por decir, para contar y para enseñarnos”.

“El teatro de títeres revaloriza y refuerza inquietudes ancestrales, y pretendemos que desde los muñecos se despierte la conciencia y las voces dormidas de nuestros antepasados, que nos contaban y enseñaban el verdadero valor de la palabra, y se creen vínculos y puntos de conexión con otras culturas”, agregó.

Lobo destacó que “esta rama del arte se considera el inicio mismo del teatro, porque en las ceremonias religiosas el hombre no actuaba desde sí mismo y trataba de no mostrarse como tal, sino que representaba a las deidades desde la manipulación de objetos”. “Nuestro país es uno de los referentes mas importantes en todo el mundo dentro de esta área escénica y estamos demostrando que no se trata de un arte menor, sino uno de los ancestrales”, concluyó.

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