Maestros en la Historia ... Francisco Isauro Arancibia
Francisco Isauro Arancibia, maestro tucumano, uno de los dirigentes fundadores de
CTERA, impulsor de las corrientes sindicales de liberación junto a Agustín Tosco, fue el
primero de los 606 maestros desaparecidos en la última dictadura militar.
Andrés Sarlengo relata: “El 24 de marzo de 1976 en Tucumán varios automóviles rodearon
el local de la Agremiación Tucumana de Educadores Provinciales (Atep). Algunos hombres
armados se bajaron de los vehículos y abrieron fuego contra el sindicato. Las ráfagas de las
ametralladoras asesinaron a Isauro Arancibia. El maestro Arancibia, cofundador de Ctera y
la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, había compartido unas horas antes
una cena de trabajo con sus compañeras. Sabía que el golpe militar se avecinaba e igual
decidió volver al gremio. Allí vivía y allí murió con cien balazos en su cuerpo. 'El plan no
se sintetiza sólo en los cien balazos que había en su cuerpo después que el grupo asaltara el
local de la Atep, sino sobre todo en el robo de un par de zapatos nuevos. Fue el primer
expropiado por la transnacionalización aplicada en la periferia', escribió Eduardo
Rosenvaig en su artículo 'El maestro derrotado invicto'. Para Francisco Isauro Arancibia la
vida espléndida y los viajes de descanso transcurrieron a un costado”
.
CTERA, impulsor de las corrientes sindicales de liberación junto a Agustín Tosco, fue el
primero de los 606 maestros desaparecidos en la última dictadura militar.
Andrés Sarlengo relata: “El 24 de marzo de 1976 en Tucumán varios automóviles rodearon
el local de la Agremiación Tucumana de Educadores Provinciales (Atep). Algunos hombres
armados se bajaron de los vehículos y abrieron fuego contra el sindicato. Las ráfagas de las
ametralladoras asesinaron a Isauro Arancibia. El maestro Arancibia, cofundador de Ctera y
la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, había compartido unas horas antes
una cena de trabajo con sus compañeras. Sabía que el golpe militar se avecinaba e igual
decidió volver al gremio. Allí vivía y allí murió con cien balazos en su cuerpo. 'El plan no
se sintetiza sólo en los cien balazos que había en su cuerpo después que el grupo asaltara el
local de la Atep, sino sobre todo en el robo de un par de zapatos nuevos. Fue el primer
expropiado por la transnacionalización aplicada en la periferia', escribió Eduardo
Rosenvaig en su artículo 'El maestro derrotado invicto'. Para Francisco Isauro Arancibia la
vida espléndida y los viajes de descanso transcurrieron a un costado”
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