Ciudad: uno de cada 4 alumnos no alcanza los niveles mínimos en ciencias

Conocimiento imprescindible en el siglo XXI

Es otro resultado de la prueba PISA. Para los especialistas, es por el modo en que se enseña esta materia en el país.

Oportunidad. El 64% de los chicos disfruta adquirir “nuevos conocimientos científicos”. G. Rodriguez Adami

• TAGS
• Educación

• 68
  opiná
• 1124
  shares

• Alfredo Dillon

Tras la polémica por la ausencia de la Argentina en el informe PISA y tras la publicación de los rankings, el análisis de los datos arroja algunas conclusiones sobre las habilidades científicas de los estudiantes. Al evaluar los niveles de “alfabetización científica” de los alumnos porteños de 15 años, la prueba encontró que 1 de cada 4 no alcanza los niveles mínimos esperables en la escuela secundaria.

El 22,7% de los estudiantes de la Ciudad quedaron por debajo del nivel 2, considerado por la OCDE como “el umbral básico de competencias científicas”. Apenas el 2,7% alcanzaron los niveles 5 y 6, los más altos. La mayoría (30,8%) aprobaron “con lo justo” y quedaron en el nivel 2, que supone que los estudiantes pueden recurrir a contenidos y procedimientos científicos básicos para identificar una explicación apropiada, interpretar datos y reconocer el problema que trata un experimento simple.

Una típica pregunta de este nivel es la siguiente: “Cuanto más espesa es la atmósfera de un planeta, más/menos cráteres habrá en su superficie porque se quemarán más/menos meteoroides en la atmósfera”. Aquí los alumnos deben seleccionar dos respuestas que expliquen la relación entre el espesor de la atmósfera de un planeta, la probabilidad de que los meteoroides se quemen en la atmósfera y, por lo tanto, el número de cráteres en la superficie del planeta.

La OCDE asume que “en el contexto actual de flujos masivos de información”, todo el mundo necesita poder “pensar como un científico”, es decir, ser capaz de sopesar evidencia y llegar a una conclusión, o entender que la “verdad” científica puede cambiar a lo largo del tiempo, a medida que se realizan nuevos descubrimientos. La prueba no evalúa solo lo que estudiantes saben de ciencia, sino más bien qué pueden hacer con lo que saben, y cómo aplican de manera creativa el conocimiento científico a situaciones cotidianas reales.

El informe PISA subraya que la ciencia no debe ser considerada como un campo exclusivo para los científicos, sino como una competencia imprescindible en el siglo XXI, incluso para los alumnos que decidan no dedicarse a una disciplina científica. “La ciencia es algo omnipresente en nuestras vidas: ya se trate de tomar analgésicos, de determinar qué es una dieta ‘equilibrada’ o de consumir leche pasteurizada –sostiene Ángel Gurría, secretario General de la OCDE–. La ciencia no es solo tubos de ensayo y la tabla periódica; representa las bases de casi todas las herramientas que usamos”.

Una de las razones de los bajos desempeños de los alumnos porteños tiene que ver con el modo como se enseña esta materia en el país. “En Argentina y en América Latina en general, la currícula es muy enciclopedista. La enseñanza no está centrada en problemas y en capacidades, sino en contenidos. No se le pide al alumno que ‘haga’ algo con la información, sino simplemente que la reproduzca”, explica Melina Furman, profesora de la Universidad de San Andrés e investigadora del Conicet.

Según Furman, una enseñanza científica más relevante no exigiría más recursos ni altas inversiones en laboratorios sofisticados, sino que “puede hacerse con tiza y pizarrón, cambiando la pedagogía”. Tal vez esa transformación contribuya a mejorar otro índice que arroja resultados dispares: el de “disfrute” del aprendizaje de ciencias. En esa medición, solo el 47% de los alumnos porteños considera “divertido” aprender sobre estos temas. Y apenas un 31% dice que es “feliz” cuando trabaja sobre cuestiones científicas.

Otras respuestas muestran a los estudiantes más motivados: el 64% disfruta de adquirir “nuevos conocimientos científicos”, mientras que el 72% reconoce estar “interesado” en aprender sobre ciencia. Ahí parece haber un terreno fértil para los profesores que llevan al aula propuestas de enseñanza innovadoras, a la altura de las inquietudes y del potencial de sus alumnos.

te puede interesar