A TI Posted By: YERARD JIMÉNEZ MARTE
(cc) Imagen por: Armando Maynez
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Por los muros desdichados de las despedidas sanatorias.
Volver a verse en los espacios de la vida
y querernos con miradas, sin tocarnos las heridas.
Abrazarnos ligeramente, entusiasmados de calma,
sin que nos salga el habla, sin que nos duela el alma.
Alentados por las voces que no tuvieron respuestas
de esas noches infinitas, y los medicamentos sin recetas.
Tener que continuar porque la vida no se detiene,
disfrutando las alegrías, disfrutando lo que se tiene;
sin arrogancia, como pacto que nunca hubo
y sonreír si en la distancia respondes a mi saludo.
No hay cabida para la vergüenza en un pasado que inspira,
estas ganas de hablarte que he domado con disciplina.
Se corre la tinta de la mancheta, los versos no coagulan con aspirinas.
Aquella negligente virtud que me invade de cobardía,
las excusas nos distancian, los escritos me incriminan.
Estas uvas del dolor convertidas en fino vino,
dándole sabor al amor que en el tiempo subestimo.
¿Qué hago yo fingiendo invocando algún olvido?
¿Qué haces tú soportando en la distancia tanto frío?
Si valió la pena el amor no juguemos al destino,
Desnudemos las palabras, acelera mis latidos...
...Y que no haya más consuelo,
Y que no haya más olvidos.
y querernos con miradas, sin tocarnos las heridas.
Abrazarnos ligeramente, entusiasmados de calma,
sin que nos salga el habla, sin que nos duela el alma.
Alentados por las voces que no tuvieron respuestas
de esas noches infinitas, y los medicamentos sin recetas.
Tener que continuar porque la vida no se detiene,
disfrutando las alegrías, disfrutando lo que se tiene;
sin arrogancia, como pacto que nunca hubo
y sonreír si en la distancia respondes a mi saludo.
No hay cabida para la vergüenza en un pasado que inspira,
estas ganas de hablarte que he domado con disciplina.
Se corre la tinta de la mancheta, los versos no coagulan con aspirinas.
Aquella negligente virtud que me invade de cobardía,
las excusas nos distancian, los escritos me incriminan.
Estas uvas del dolor convertidas en fino vino,
dándole sabor al amor que en el tiempo subestimo.
¿Qué hago yo fingiendo invocando algún olvido?
¿Qué haces tú soportando en la distancia tanto frío?
Si valió la pena el amor no juguemos al destino,
Desnudemos las palabras, acelera mis latidos...
...Y que no haya más consuelo,
Y que no haya más olvidos.
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