Descubrí el circuito de librerías independientes en Buenos Aires


Con un catálogo cuidado y atendidas por sus dueños, las librerías de autor se expanden por los cien barrios porteños y se transforman en el lugar perfecto para lectores curiosos y exigentes. 
Con un catálogo cuidado y atendidas por sus dueños, las librerías de autor se expanden por los cien barrios porteños y se transforman en el lugar perfecto para lectores curiosos y exigentes.
  • Moebius

Por Mariana Iglesias 
Por fuera de las grandes cadenas y del clásico circuito de la avenida Corrientes, las librerías boutique se expanden por la ciudad. Son locales pequeños, con una estética cuidada y un catálogo curado por sus propios dueños. Y ya no funcionan exclusivamente como centros de expendio de literatura, incorporan espacios para aprender a dibujar, escuchar música en vivo, comprar vinos, participar de talleres y conversar con escritores. Aquí, una lista con los locales que movilizan el pulso de cada barrio y que funcionan como lugar de intercambio de ideas con los libreros, gestores e impulsores de las tertulias literarias del siglo XXI. 
Moebius y La Coop: 2x1 en Almagro 
La cuadra de Bulnes al 600 podría definirse como la vereda literaria del barrio. Allí, separadas por menos de 10 metros, encontraron su lugar dos de las propuestas más singulares de la ciudad: Espacio Moebius y La Coop. Moebius es a la vez editorial, galería de arte y librería especializada en cómics e ilustración. Actualmente, es referente del sector gracias a los artistas con los que trabaja: Liniers, Carlos Nine, Gustavo Sala, Maitena, María Luque e Isol, entre otros. Además, ostenta una excelente programación de actividades que abarcan presentaciones de libros, talleres de ilustración, meriendas de dibujo y otros eventos que se suman a las iniciativas culturales de ese rincón de Almagro. Martín Ramón -director general- y Alejandro Díaz B. -responsable de la curaduría- explican: "Consideramos fundamental abrir el juego a los libros de autor y visibilizar el trabajo de los ilustradores; por eso, nos interesa dar lugar a las editoriales independientes. El gran surtido de fanzines y pequeñas obras de autor convoca a un público que se acerca atraído por estos diferenciales". 
La Coop, en cambio, pone el foco en editoriales emergentes argentinas y latinoamericanas como Audisea, Santos Locos, Alto Pogo, Años Luz, Editorial Conejos y Mágicas Naranjas. Es un proyecto que surgió como una cooperativa de 12 editoriales pequeñas que se unieron para darse impulso y trabajar en conjunto, pero solo cinco de ellas llevan adelante la librería. Laura Forni es su librera y no duda en poner en valor, además de la sección de poesía, ensayo y narrativa, una destacada selección de editoriales infantiles como Calibroscopio (Buenos Aires), Mágicas Naranjas, Libros Silvestres (Rosario) y Taller Azul Arte Infantil (Salta). 
Todos los jueves, al caer la tarde, organizan un ciclo en el que dos escritores juegan a ser libreros y recomiendan material a los asistentes. Una reunión para compartir música, tragos y libros en el corazón de Almagro. 
Espacio Moebius: Bulnes 658 
Facebook.com/espaciomoebius 
La Coop: Bulnes 638 
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Runrún: murmullo de Villa Crespo 
Como complemento de la editorial Bajo la Luna, con más de 15 años de trayectoria en la publicación de poesía contemporánea, narrativa y traducciones de lenguas periféricas, sus responsables, Miguel Balaguer, Valentina Rebasa y Josefina Bianchi, inauguraron Runrún. Se trata de un espacio encantador con un exquisito trabajo de curaduría: cada título exhibido tiene una razón de ser. 
Con un catálogo cuidado y atendidas por sus dueños, las librerías de autor se expanden por los cien barrios porteños y se transforman en el lugar perfecto para lectores curiosos y exigentes.
  • Run Run

Del mismo modo, la disposición del salón con muebles móviles ideados por Balaguer, que también es arquitecto, facilita el armado y desarmado de las mesas, que se transforman en bancos cuando se organizan charlas o presentaciones. "El fuerte de Runrún son las editoriales emergentes, como Bajo la Luna, Sigilo, Mar Dulce, Excursiones y Ediciones Godot. En efecto, los lectores avezados llegan en busca de la figurita difícil y saben que la van a encontrar", resume Josefina. 
Runrún: Aguirre 458 
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Alamut: Buenas historias en Palermo 
Si pudiéramos elegir "la" calle para abrir una librería, cómo no tentarnos con un local en la veredita de Jorge Luis Borges. Daniela Fernández lo hizo y creó Alamut, un local que comparte espacio físico con la vinoteca Autre Monde y juntas conforman un combo irresistible. "Si bien la librería cuenta con un stock de no ficción, títulos en inglés, arte e infantiles, lo nuestro es la narrativa. De hecho, nuestro lema es «solo buenas historias» y así definimos lo que incluimos y lo que no", explica. 
Con un catálogo cuidado y atendidas por sus dueños, las librerías de autor se expanden por los cien barrios porteños y se transforman en el lugar perfecto para lectores curiosos y exigentes.
  • Alamut

"En Alamut consideramos que el mapa de lectura es personal, pero intentamos aportar y sugerir algún desvío para abrir nuevos horizontes. La librería hace un trabajo fino con las editoriales independientes nacionales y lo mejor de los sellos importados. A eso le sumamos un intenso rastrillaje de todos los catálogos", explica Daniela, dueña y curadora. Otra de las premisas es "si no lo tenemos, lo conseguimos, y si no, lo escribimos". El esfuerzo tiene su lógica: "Si al lector de paso le alcanzaste algo que está buscando -aunque lleve tiempo y trabajo-, luego se transformará en un asiduo concurrente, con el que se generará confianza y te habilitará la recomendación". La librería, además, ofrece en su programación ciclos de cine, talleres de literatura -a cargo de escritores como Fernanda García Lao o Mariano Dupont- y conciertos de artistas como Samantha Navarro y Pablo Krantz, entre otros. 
Alamut: Borges 1985 
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Colastiné Libros: En Belgrano, amistad y poesía 
Alejandro Larre y Salvador Biedma son amigos desde hace 20 años y comparten, entre otras cosas, su gusto por la pesca, la lectura de Juan José Saer y el proyecto de una librería propia. En el pasado, Larre tuvo un local de diseño y Biedma se desempeñó como editor en Galerna. Hace un año y medio, abrieron en Belgrano la librería Colastiné, y aunque ya contaban con experiencia como socios -editaron dos revistas: La mala palabra y Mil mamuts-, ambos disfrutan ahora de la aventura de convertirse en libreros. "Colastiné es el nombre de un río sobre la costa de la ciudad de Santa Fe. Muy cerca, se encuentra Colastiné Norte, un pueblo que inspiró al escritor Juan José Saer, donde incluso vivió. Este es nuestro homenaje", explica Biedma al mostrar el logo de la librería, que se asemeja al cauce de un río donde flotan letras. 
Con un catálogo cuidado y atendidas por sus dueños, las librerías de autor se expanden por los cien barrios porteños y se transforman en el lugar perfecto para lectores curiosos y exigentes.
  • Colastiné

Un pantallazo por la vidriera permite reconocer la variedad de temáticas del local. Incluyen sellos poco difundidos pero valiosos, como Mulita (Chaco); Libros Silvestres, especializada en literatura infantil y juvenil (Rosario); Casa Editorial Hum (Uruguay) y varios de Córdoba, Jujuy y Bolivia. "La premisa de volver a la librería es esencial, ya que abre la posibilidad de conversar con el cliente, conocer sus gustos, conseguir rarezas y animarse a sugerir", advierte Biedma. Y agrega: "Los vecinos toman nuestro local como punto de encuentro. Funcionamos como posta: pasan y dejan un libro para alguien o vienen a buscar algún título para obsequiar a otro vecino". Colastiné ofrece una generosa sección de poesía, por ejemplo, una completa selección de la editorial Adriana Hidalgo con títulos como Antología sustancial, de Vinicius de Moraes (edición bilingüe), y textos de Leónidas Lamborghini y Diana Bellessi. 
Colastiné Libros: Mendoza 2620 
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Gauderio: el sueño de la librería propia en Villa Urquiza 
Hace tres años, Valeria Satas cumplió un deseo que la acompañaba desde hacía un buen tiempo: tener su propia librería. Una serie de eventos afortunados le permitieron volver al barrio de su infancia y fundar Gauderio. "La palabra viene de «gaucho» y el nombre vino casi en paralelo al proyecto", explica. La selección de la librería responde al exquisito gusto de su librera. En la vidriera, se reconoce un área dedicada a la música, a la gastronomía y a la fotografía; otra donde abundan las novedades en ensayo y narrativa, y una tercera pata que sostiene un atractivo repertorio de literatura infantil. "Soy cuidadosa con la elección del material. 
Con un catálogo cuidado y atendidas por sus dueños, las librerías de autor se expanden por los cien barrios porteños y se transforman en el lugar perfecto para lectores curiosos y exigentes.
  • Gauderio

Los clientes, en su mayoría vecinos, confían en el criterio de recomendación, lo valoran", comenta Valeria, que en el último verano recibió mails de agradecimiento desde destinos vacacionales. Gauderio también funcionó como editorial y publicó varios títulos. La librera aclara: "Me interesa recomendar material de calidad, lo que yo compraría. Actualmente, hay títulos como La muerte juega a los dados de Clara Obligado y Las esferas invisibles de Diego Muzzio". Desde su inauguración, la pequeña librería se convirtió en un punto de encuentro, y así como Valeria regresó al barrio, los vecinos regresan al local en busca de nuevas recomendaciones o pequeñas tertulias entre los poblados anaqueles y los cómodos sillones. 
Gauderio: Miller 2283 

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