Agua que no has de beber, no la dejes correr

El cambio climático parece haber traído consigo ciclos en los que alternan las sequías y las inundaciones. Ante tal escenario, se impone la necesidad de impulsar en Tucumán un uso responsable del agua. En lugares como Villa Nougués, los pobladores dependen exclusivamente del agua de lluvia, que almacenan en aljibes y en tanques australianos.



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A 45 kilómetros de la capital el agua es tan valiosa como el oro. Los 40 pobladores anuales (80 en época de vacaciones) de Villa Nougués dependen de las lluvias como único medio para obtener agua. Desde que la villa se fundó en 1904, las casas incorporaron sistemas de recolección. El más tradicional y eficiente, según ellos, es el aljibe.

“Las canaletas de los techos llenan el aljibe de dónde sacamos el agua para tomar”, explica Alejandra Terán, una de las propietarias de la hostería. Para hacerla potable se le ponen unas pastillas de cloro. “Es la única agua que tenemos y la cuidamos como oro, sobre todo porque de abril hasta noviembre no llueve mucho y hay que reservar lo que más se pueda”.

Para el resto de las actividades: lavar, llenar las mochilas de los inodoros, etc. el agua la sacan de unos inmensos tanques australianos (que tienen más de medio siglo) donde se almacena agua de lluvia. Como ella explica, a nadie allí se le ocurre abrir el grifo y cepillarse los dientes o mandarse a mudar hasta que se caliente. “Las duchas son rápidas, a la ropa primero la jabonamos con poca agua y después la enjuagamos toda junta”, ejemplifica Alejandra.

Estos dos sistemas, al aljibe y los tanques australianos, están presentes en la mayoría de la casas que se construyeron a principios de 1900.

En las más nuevas el aljibe se reemplazó por tanques de plásticos, piletas de material, tachos y todo lo que pueda contener líquido. “Si nos quedamos sin agua tenemos que comprar el camión que cuesta unos $1200 y ni siquiera alcanza a cubrir las necesidades de un mes”, explica Alejandra.

Luis Villarubia hace 20 años que vive en Villa Nougués, antes trabajaba en plantaciones de verduras en El Nogalito. Ahora está terminando de construir su casa y ha ideado un sistema de recolección. “Esta es una cisterna que va a contener 24.000 litros de agua, que luego una bomba va a subir hasta el tanque de agua y ahí se derivarán a las instalaciones de la casa”, explica mientras señala orgulloso el piletón de material que construyó con sus propias manos. “El agua de lluvia baja del techo por la canaleta e ingresa derecho a la cisterna, ahí le voy a poner pastillas para potabilizar”, cuenta.

Sufrir en El CorteEl agua es vital repite todo el mundo, pero es recién cuando te falta o cuando te sobra que te das cuenta de esto. A 12 kilómetros de la capital, en la zona de El Corte, el suministro de agua es ineficiente. Los vecinos reclaman sistemáticamente por una solución. En la ciudad y también en el municipio de Yerba Buena las pérdidas de agua potable dejan escurrir millones de litros de agua potable a diario.

De 250 millones a 500 millones de metros cúbicos de agua potable se pierden en la grandes ciudades debido a las pérdidas en el sistema de distribución. Esta cifra pertenece al informe sobre “Agua y Ciudades. Hechos y cifras” de la ONU.

Por otra parte ya hemos visto las consecuencias de las últimas tormentas en la provincia y en el resto del país. Las inundaciones reavivan el debate por la deforestación, el cambio climático y la falta de políticas ambientales. Es una cadena, un círculo.

“Es vital hacer un uso eficiente del agua. Hay que aprender a reciclar el agua a cuidarla porque es un bien escaso. Es una aberración que se pierda por los caños de distribución”, explica Humberto Nadal, ambientalista e integrante de la ONG Ecosalud. La ONU ha declarado que para el año 2025 las dos terceras partes de la población (incrementada en otros 2.600 millones de habitantes) padecerán graves problemas de escasez.

No habría que esperar a que el problema se agrave. “Los glaciares se derriten, la montaña es la fábrica natural de agua, allí se condensa y se va distribuyendo a través de su geografía. En la medida que se produzca el deshielo se va alterando el ciclo”, explica Nadal.

Solo para tener una idea 
- Una ducha rápida, en lugar de un largo baño, podría ayudar a ahorrar 7.500 litros de agua por persona por año.

- Si ahorramos agua, también ahorramos energía para calentarla. El 87% del agua que consumimos en un domicilio es caliente. 

- Se van unos 500 litros de agua cada vez que lavamos el auto. Si lo hacemos con un balde podemos usar unos 60 litros. 

- Un ciclo completo del lavarropas puede llegar a utilizar hasta 100 litros de agua 

- Una descarga de inodoro, unos 6 litros 

- Un lavado de platos, unos 50 litros. 

- Las 7.2 mil millones de personas que habitan la tierra destinan el 70% del agua consumible a la agricultura, el 22% a la industria y sólo el 8% es de uso doméstico. 

¿Dé dónde sacamos agua? 

- El 97,5% del agua es salada del planeta y sólo el 2,5% es dulce. 

- De ese porcentaje la mayor parte está congelada y sólo el 0,3% es agua superficial potabilizable.

- En América Latina el gran problema es la contaminación de los ríos y los mares, donde vive más del 60% de la población. 

- El 30% del agua dulce se encuentra en acuíferos subterráneos. 

Los datos fueron extraídos de: Agua y Saneamiento Argentino (Aysa), el portal www.ecosalud.infoy el informe “Agua y Ciudades. Hechos y cifras” (http://www.un.org

¿Cómo se arma un sistema de recolección? 
Es bastante sencillo y la conexión se hace desde la canaleta que baja del techo hacia un tacho. En la base del tanque se puede colocar una canilla para extraer el agua de forma sencilla o conectar una manguera. El portal www.labioguia.com publicó un paso a paso muy concreto. 

Materiales Necesarios: 
- Un tanque para contener agua 

- Una llave para manguera estándar de 2.5 cm con roscas para tubos de 1.8 cm (para que puedas sacar el agua del barril) 

- Una junta de 1.8 cm x 1.8 cm 

- Un buje de 1.8 cm x 1.8 cm 

- Una rosca de tubo de 1.8 cm con adaptador para manguera de 2.5 cm 

- Un contra-tuerca de 1.8 cm 

- Cuatro arandelas metálicas 

- Un rollo de cinta de teflón 

- Silicona 

- un codo de bajante pluvial en forma de “S” (para pasar el agua de la canaleta al barril) 

- Un pedazo de tela mosquitera (para evitar que caigan hojas, insectos y otros desechos en el agua) 

- De 4 a 6 ladrillos (para la base del tanque) 

Paso a paso 
- Aplana la superficie donde irá el tanque. Luego se colocan los ladrillos como si fuera un piso. Encima irá el tanque. 

- Se calcula al altura a la que se debe hacer el corte de la canaleta y el desvió hacia el tanque. Para que ingrese el agua debe hacerse un agujero en la tapa del tanque. 

- En la base debe perforarse el tanque para colocar la canilla. 

- Arriba, al comienzo de la bajada de la canaleta, hay que poner la malla metálica (tela mosquitera) para evitar que se metan hojas y bichos por ahí. 

- Es importante controlar regularmente que el conducto no quede obstruido porque no entrará agua en el tanque. Listo. 

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