La educación, a prueba: evaluarán a 1.400.000 alumnos de todo el país


Operativo Aprender
Se hará el martes y ese día no habrá clases. Van a examinar al triple de chicos que en la edición anterior. Participarán sexto grado de primaria y el último año de secundaria. Lengua y Matemática, los ejes principales.
El próximo martes no habrá clases para la mayoría de los estudiantes del país porque se tomará la evaluación nacional Aprender, que examinará los conocimientos de Lengua y Matemática y las condiciones de aprendizaje de 1.400.000 alumnos de primaria y secundaria, en escuelas públicas y privadas, urbanas y rurales. La evaluación es resistida por los gremios docentes y cuestionada por algunos padres y maestros que rechazan la utilización de pruebas “estandarizadas” para medir aprendizajes.
Más de 31.300 escuelas participarán de la prueba, cuya implementación fue acordada con todos los ministros provinciales en el Consejo Federal de Educación. Serán evaluados todos los alumnos de 6° grado de primaria y los del último año de secundaria (para estos, la prueba dura dos días). También, una muestra representativa de estudiantes de 3° grado de primaria y de 2° o 3° de secundaria.
Aprender reemplaza al Operativo Nacional de Evaluación (ONE), que se toma desde 1993. En sus comienzos el ONE fue anual, luego empezó a realizarse cada dos años y a partir de 2010 fue trienal. La última edición se realizó en 2013; desde entonces estaba previsto que volviera a tomarse en 2016. Uno de los cambios que impulsa la Secretaría de Evaluación, encabezada por Elena Duro, es retomar la frecuencia anual de las evaluaciones. En 2017, el foco estará en Ciencias Naturales y Ciencias Sociales.
Otra diferencia entre ONE y Aprender es la magnitud del operativo: este año se evaluará a más del triple de alumnos que en el ONE 2013 (384.820), que duró cuatro días y tuvo niveles de participación muy bajos en algunas provincias, según informó el Ministerio de Educación este año. Además, involucrará el doble de escuelas: 31.365, versus las 16.029 de 2013.
Este año, por primera vez, la participación en el examen es obligatoria para los alumnos. Otra novedad es que casi 103 mil directores y docentes participarán del operativo: los primeros como “veedores” del proceso; los segundos, como “aplicadores” de la prueba en una escuela diferente de la suya. Esta decisión fue criticada por los sindicatos CTERA, SADOP y CEA, que en un comunicado rechazaron que se “reduzca la participación de la docencia a meros aplicadores”.
El Ministerio se comprometió a empezar a difundir los resultados en los primeros meses del ciclo lectivo 2017, mientras que los datos del ONE 2013 se conocieron recién en 2015. Los resultados de Aprender serán comparables con los del ONE 2010 y 2013 (no con los anteriores, por un cambio metodológico aplicado en 2005).
El ministro Esteban Bullrich aseguró que “no se difundirán resultados por escuela ni por alumno”, y no habrá rankings, otro temor de los sindicatos. La Ley Nacional de Educación prohíbe los rankings en su artículo 97. Bullrich comparó la evaluación con una “radiografía” y sostuvo que es “una herramienta para obtener información que permita dar respuestas más precisas a las necesidades de cada escuela”.
Sí habrá resultados por provincia (en 2013 fue sólo por regiones) y volverán a divulgar los datos por tipo de gestión (pública y privada), que no se publicaron en las últimas ediciones del ONE. “Esconder las brechas de aprendizaje entre escuelas públicas y privadas es dañar la educación pública”, dijo Duro.
El martes los alumnos se encontrarán con consignas tipo multiple choice, habituales en las pruebas estandarizadas –como los ONE anteriores y la prueba internacional PISA–, pero infrecuentes en el día a día en el aula. “La prueba tiene un formato diferente al que los chicos están acostumbrados –reconoció Miriam Meschino, directora de la Escuela rural N° 11, de Balcarce–. Pero les explicamos la modalidad y tratamos de sacarles presión, para que esta sea una instancia más de aprendizaje”. Adrián Reinozo, maestro en la Escuela rural N° 306 de Neuquén, exigió que hubiera “igualdad de condiciones” para estudiantes de zonas rurales y urbanas. Y ejemplificó: “Si las consignas van a tener problemas con edificios y avenidas, eso resulta ajeno para los alumnos rurales”.
Desde el Ministerio aspiran a impulsar un “cambio cultural” con respecto a la evaluación. “Argentina está entre los países con tasas más bajas de respondientes en las pruebas y esto atenta contra su validez”, explicó Duro. Las capacitaciones previas hicieron hincapié en que los docentes incentiven a los estudiantes a responder en forma completa tanto la prueba como el cuestionario complementario, que indagará sobre actitudes, condiciones de aprendizaje, clima escolar, uso de las TIC y otros temas.

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