Analfabetos digitales: cómo incluir a los jóvenes en el mundo online


El 30% de los argentinos no tiene acceso a Internet; para revertir esta situación, organizaciones sociales brindan cursos de computación a chicos de bajos recursos
LA NACION
LUNES 28 DE NOVIEMBRE DE 2016
Isaías Montenegro hizo un curso en Nahual y hoy trabaja en una compañía de software
Isaías Montenegro hizo un curso en Nahual y hoy trabaja en una compañía de software. Foto: Hernán Zenteno
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Isaías Ariel Montenegro pertenece a la primera camada de egresados de Nahual, un proyecto que enseña a jóvenes a testear y programar con computadoras. Luego del curso pudo realizar una pasantía en una empresa y así empezó su carrera profesional en el marco de la formalidad. Actualmente, con 26 años, no sólo trabaja en una compañía de software, sino que también todos los sábados es profesor voluntario de un curso de tester en la organización, donde él mismo comenzó.
A partir de proyecto Nahual, Isaías logró una inclusión digital plena. Sin embargo, según cifras oficiales, hoy el 30% de la población argentina no tiene acceso a Internet. La tecnología puede aumentar aún más las diferencias socioeconómicas entre los ciudadanos o puede ser un trampolín para que los que están excluidos del sistema educativo o laboral logren insertarse. Con ese objetivo, diferentes organizaciones sociales implementan programas para disminuir la brecha.
"Cuando empecé el curso en Banfield no tenía computadora en casa para practicar. Mi papá es albañil y mi mamá, ama de casa. Ellos siempre me insistieron en que era muy importante que estudie. Una vez que terminé con las clases de testing, con dos compañeros empezamos una pasantía. Fuimos el primer caso de éxito de Nahual. Hace más de seis años que trabajo en una empresa", cuenta Montenegro.
Nahual pudo replicar su modelo en ocho nodos en la Argentina, y también extendieron la experiencia a Uruguay, Colombia y Perú. Como novedad, recientemente crearon una empresa social para garantizar a los egresados su primera experiencia laboral. "La ganancia de la empresa se orienta a que los jóvenes que terminan la capacitación puedan pasar por tres meses de pasantía paga. Una vez que uno entra al mundo de los sistemas no sale más. Es más fácil conseguir trabajo si ya tenés experiencia", destaca Fernando Waisman, fundador de la organización.
Después de capacitarse en Comunidad IT, Rocío Riera Serapio se insertó en una agencia de marketing
Después de capacitarse en Comunidad IT, Rocío Riera Serapio se insertó en una agencia de marketing. Foto: Gentileza Equidad

Capacitar y reciclar

Marcos Bogarín cuenta que empezó un curso en la Fundación Equidad, en 2010, cuando tenía 18 años. Relata: "Arranqué un poco obligado por mis padres. No había terminado el colegio y trabajaba repartiendo comida. Elegí capacitarme como técnico reparador de PC y a medida que avanzaban las clases me fui entusiasmando. Hace cinco años trabajo en el área de sistemas de distintas empresas. En la fundación me dieron la confianza para desenvolverme en el mundo laboral y me ayudaron a creer en mí mismo".
Recuerda que cuando trabajó en una empresa de indumentaria deportiva, tuvo la posibilidad de donar máquinas en desuso a la fundación. Para él, este hecho fue como cerrar un ciclo.
Equidad busca acercar la tecnología a quienes más lo necesitan. Además de contar con una escuela de capacitación técnica, la organización se encarga de generar los dispositivos a partir de un taller de reciclaje. Recibe equipos de informática en desuso de empresas, particulares y organismos del Estado, y los repara para donar a organizaciones sociales, comedores, escuelas y hospitales. Con cuatro máquinas que les donan pueden armar una: reciclan al año casi 10.000. Así se reduce la brecha digital y se cuida el medio ambiente.
Hoy, los usuarios -así como el mercado laboral- se inclinan más por la tecnología móvil que por las notebooks. Por eso, Pamela Landini, encargada de comunicación de Equidad, cuenta que este año comenzaron un nuevo taller para reciclar celulares en la villa 31. Ya son 25 los vecinos que participan de la propuesta y aprenden el oficio.

El desafío de ser mujer

Tras romper una relación de seis años, mudarse a la Capital Federal desde Berisso y encontrarse durante varios meses sin trabajo, este año, Rocío Riera Serapio tuvo la oportunidad de hacer un curso en Comunidad IT. "La capacitación me dio herramientas, conocimientos y apoyo para conseguir trabajo. Lo más importante fue que me transmitieron esperanza en un momento difícil. A dos meses de terminar el curso conseguí un puesto como maquetadora en una agencia de marketing. También empecé a estudiar en un terciario la Tecnicatura de Análisis de Sistemas", cuenta la joven de 29 años.
No son muchas las mujeres que trabajan específicamente en roles vinculados con la tecnología. Hay empresas que intentan revertir esta tendencia y así contribuir a políticas de igualdad de género. Comunidad IT, un proyecto que enseña programación y capacidades blandas para enfrentar el mercado laboral, resalta que junto a uno de sus sponsors tienen como objetivo mejorar el número de mujeres en sus capacitaciones. "Nos interesa promover las carreras de tecnología para todos", dice Pablo Listingart, director ejecutivo.
En la Semana de la Ciudadanía y la Alfabetización Digital desarrollada por Chicos.net se le dio especial lugar a la perspectiva de género dentro de los entornos digitales. Las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) pueden favorecer a que las desigualdades de género continúen creciendo o, por lo contrario, a que la brecha disminuya. Las mujeres todavía enfrentan más obstáculos para acceder a las TIC y poder aprovechar las ventajas del mundo digital. Según la organización, las barreras para la mayoría de las mujeres incluyen analfabetismo, falta de familiaridad con los idiomas dominantes en Internet, ausencia de capacitación en habilidades computacionales, responsabilidades domésticas y el hecho de que la información proporcionada por las TIC puede no ser valiosa para ellas.
Listingart destaca la importancia de trabajar las capacidades blandas con todos aquellos que pasan por las capacitaciones. Dice: "El mayor desafío que enfrentamos es convencer a las personas que se acercan de que pueden acceder a un trabajo de calidad y que no tienen por qué estar marginadas por el resto de sus vidas".
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