Dramática instancia en el medioambiente planetario
La decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de retirar a su país del Acuerdo de París sobre cambio climático aprobado por 195 naciones en diciembre de 2015, tiene una trascendencia planetaria nunca vista hasta ahora. Es que ese acuerdo al que se había arribado de una manera trabajosa y ardua es considerado como el logro ambiental más importante de la historia, por su alcance global y sus objetivos a largo plazo.
El Acuerdo de París se concretó en el marco de la Convención de las Naciones Unidas sobre el cambio climático, que establece un plan de acción sistemático de los países firmantes -entre ellos Argentina- para lograr la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y disminuir el calentamiento global que tanto daño viene provocando. Fue la primera vez que todas las naciones firmantes se unían en una causa común -el acuerdo es vinculante- con el objetivo de mantener el aumento de la temperatura en este siglo muy por debajo de los 2 grados centígrados, e impulsar esfuerzos para limitar el aumento de la temperatura por debajo de 1,5 grado centígrado sobre los niveles preindustriales.
Cuando se llevó a cabo la firma, en medio de la emoción de los representantes en esa cumbre, el secretario General de la ONU de ese entonces, Ban Ki-moon, sostuvo: “Hemos entrado en una nueva era de cooperación global en uno de los asuntos más complejos a los que se enfrenta la humanidad. Por primera vez, cada país se ha comprometido a reducir sus emisiones, reforzar la resiliencia y unirse a una causa común para actuar juntos por el clima. Este es un rotundo éxito para el multilateralismo”.
Los firmantes se habían propuesto también apoyar financieramente a las naciones en desarrollo y establecer un objetivo global para fortalecer la adaptación al cambio climático a través de la cooperación internacional con fondos que hasta el año 2020 llegarían a los U$S 100.000 millones. Para muchos científicos la iniciativa significó que para cumplir con la meta de dos grados, antes de 2070 deberán de dejar de utilizarse combustibles fósiles como carbón, petróleo y gas, es decir cambiar sustancialmente la matriz productiva que hasta aquí ha sostenido la economía y el desarrollado del mundo actual. Es decir, se sentó las bases para dar impulso a la innovación de las industrias productivas, a la producción de energías limpias y a una modificación general de los paradignas de la economía. El documento firmado preveía que entrase en vigor antes de 2020.
La decisión de Trump, sin embargo viene a confirmar lo que viene impulsando desde que llegó a la Casa Blanca: ha eliminado los planes energéticos que prohibían nuevas explotaciones de energías fósiles y ha dado vía libre a las extracciones en zonas costeras de Estados Unidos que el anterior presidente, Barack Obama, había decidido proteger. Aunque siempre denostó al Acuerdo de París, Trump considera que las medidas que está impulsando le permitirán defender empleos y resolver las dificultades económicas y sociales que enfrentan algunas regiones de su país. El presidente estadounidense ha hecho caso omiso a cientos de pedidos de los principales empresarios de su país, que no sólo apoyan resueltamenhte la necesidad de enfrentar el calentamiento global, sino que han puesto a sus compañías a producir en base a nuevos procesos innovativos. Así, la humanidad enfrenta un trance difícil y dramático.
Comentarios
Publicar un comentario