El sistema de "co-housing", una alternativa frente a los geriátricos


Está pensado para personas autoválidas y es tendencia en otros países
LUNES 05 DE JUNIO DE 2017
Gisela Brunnehild, 92 años
Gisela Brunnehild, 92 años. Foto: Fabián Marelli
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Las "viviendas tuteladas" o "edificios protegidos" son complejos habitacionales especialmente pensados para personas mayores autoválidas. Gonzalo Abramovich, director del área de adultos mayores de AMIA y gerontólogo, cuenta que su principal objetivo es promover un modelo de vida activo, independiente e integrado a la comunidad.
Este tipo de viviendas se inscriben dentro del movimiento conocido como "co-housing" (casas colaborativas), que son experiencias de convivencia voluntarias frecuentes en Estados Unidos y varios países de Europa. Las mismas van desde un grupo de personas que comparten una casa o edificio hasta pequeñas comunidades formadas por viviendas individuales, pero con servicios comunes.
"En conjunto con otros servicios como los centros de día y los cuidadores domiciliarios, plantea una alternativa a las residencias geriátricas, que deben atender las necesidades de otro tipo de población más dependiente", sostiene Abramovich.

Una oferta poco accesible

Con respecto a nuestro país, Nélida Redondo, especialista en cuidados de larga duración y sociología del envejecimiento, destaca que dentro de la "oferta" que existe para las personas mayores de sectores económicos medios y medios-altos, se está viendo un aumento de los condominios (emprendimientos comerciales) con servicios comunes. Subraya que los costos de estas alternativas en Buenos Aires "duplican los precios ingleses y hasta de Luxemburgo. Esta oferta no es accesible para la inmensa mayoría de los jubilados".
Una característica de los edificios protegidos es que no tienen barreras arquitectónicas y cuentan con áreas comunes donde se desarrollan actividades sociales, culturales y recreativas, promoviendo un modelo de envejecimiento activo.
"Este tipo de vivienda se caracteriza por la libertad de sus habitantes para decidir sobre sus actividades, horarios y rutinas", dice Abramovich.
El especialista agrega que la posibilidad de compartir con otra gente, evitando la soledad y desarrollando actividades con un objetivo claro, mantiene a estas personas ocupadas y "con un sentido": "Muchas veces redescubren esa nueva etapa, y esto podría incidir en su expectativa de vida".

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