El paro docente se sintió fuerte en las escuelas y afectó a los comedores
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Conflicto en la educación
Una recorrida de Clarín en el GBA encontró un alto acatamiento a la medida.
Paro docente en Avellaneda. (DYN/Alberto Raggio)
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El día número 17 de paro docente en lo que va del año se sintió muy fuerte en el Conurbano bonaerense y afectó hasta el funcionamiento de los comedores. Según pudo comprobar Clarínen una recorrida por más de una decena de escuelas públicas de zona sur y zona oeste del GBA, la gran mayoría de los maestros se adhirieron al reclamo de los gremios y, aunque hubo excepciones, los alumnos se terminaron quedando en sus casas.
En la tradicional Escuela Normal Antonio Mentruyt (ENAM) de Banfield explicaron que algunos pocos docentes asistieron al colegio, pero que no dieron clases. "Los padres no van a mandar a sus hijos por la jornada completa si solo pueden tener una hora de clases y el resto del tiempo van a estar sin hacer nada", señaló la portera del establecimiento, donde el comedor se mantuvo cerrado. Aún más contundente fue la medida de fuerza en la Escuela Media 1 de Lomas de Zamora: allí, a las 10 de la mañana, las puertas se mantenían cerradas y nadie contestaba el timbre.
La reticencia a hablar con la prensa fue una constante por parte de los directivos, que elegían comunicar a través de los auxiliares o directamente no dar información sobre el acatamiento. Esto último ocurrió en el Escuela Técnica 9 de Lanús, en cuyo interior se veía movimiento, pero estaban sin servicio eléctrico. En la Escuela Media 15, ubicada a pocas cuadras, el panorama era aún más desalentador para padres desprevenidos: puerta cerrada con llave, ventanas bajas y ninguna persona atendiendo el timbre.
En Avellaneda, la adhesión a la huelga fue casi total. Sólo hubo una excepción, la Escuela 28 Embajador Marco Avellaneda, adonde apenas una maestra se sumó al paro. "El tema se debatió puertas adentro con directivos y el cuerpo docente. Sólo ella decidió no venir, así que las clases se dictaron casi con normalidad. Noto que cada vez hay menor adhesión a este tipo de medidas, al menos acá", explicó una docente en la puerta del lugar. Allí, en un cartel, una lista detallaba los pocos cursos que no tuvieron actividad. En la Escuela 502 de Piñeyro, en cambio, no hubo clases y los auxiliares se las tuvieron que arreglar para "cocinarles unos fideos" a los 12 chicos que se presentaron a almorzar en el comedor.
En la zona oeste del Conurbano el patrón era el mismo que en el sur. En la Escuela Primaria 20 (Ciudadela), la Media 2 (Ramos Mejía) y la Secundaria 18 (Ramos Mejía), por ejemplo, los pocos docentes que acudieron a trabajar no pudieron dar clases por la ausencia de directivos y preceptores. Distinta fue la situación en la Escuela 26 de Ciudadela, adonde no hubo clases en el nivel secundario pero sí en el primario. Así resumió la situación la portera de la institución: "Acá todos tienen libertad de elección. Algunos eligen trabajar, otros parar".
Respecto del funcionamiento de los comedores, tema por el que la gobernadora Vidal cruzó a Cristina Kirchner, voceros de la Gobernación reiteraron que no hubo ningún recorte de fondos porque las partidas presupuestarias se giran anticipadamente desde la Provincia a los consejos escolares por todos los días. Y que la responsabilidad de que los comedores hoy funcionaran recae en los directores, a quienes una norma los obliga a garantizar la apertura de la escuela y de los comedores incluso si hay paro. “No abrir la escuela es una falta y que no esté habilitado el comedor es otra falta más", señalaron.
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