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Síes y noes de la escuela remota

Qué y cómo enseñar en  tiempos del coronavirus


Gabriel Brener es especialista en sistemas educativos, docente y padre de alumnos.
Docente de docentes y padre de alumnos
Docente de docentes y padre de alumnos 

Gabriel Brener, especialista en Gestión y Conducción del Sistema Educativo, analiza las oportunidades e imposibilidades de sostener la escuela de manera remota. "Lo central es mantener el vínculo, cuidarlo, para que lo escolar sea una conexión de cada chicx con sus compañerxs, su docente, con diversas porciones del saber y la cultura. Sostener el lazo que nos permite seguir siendo sujetos y no transformarnos en objetos de presiones y exigencias que lejos de sumar generan impotencia".

Brener trabaja en asesoría y formación de docentes y equipos directivos. Fue subsecretario de Educación del Ministerio de Educación de la Nación (2013-2015). Y es profesor de Enseñanza Primaria (Normal Nº 4), en distintas universidades (UBA, UNaHur) y en el Instituto Superior del Profesorado Joaquín V. González. Tienes tres hijes, en primaria, secundaria y universidad, por lo que además conoce como padre también lo que sucede con la educación desde casa en este particular contexto de encierro.

--¿Es importante garantizar la continuidad de las clases?

--Lo más importante es garantizar el cuidado, primero de la salud de toda la población, lo que hay que tratar de evitar es perder vidas. Lo primero que debemos advertir es que estamos frente a un momento excepcional, transitorio y posiblemente pueda convertirse en complementario. Excepcional implica que no puede existir una continuidad. Hay una ruptura, y muy sustantiva, en los hábitos, los modos de vivir cotidianamente, un cambio muy importante y vertiginoso en la vida personal, familiar, como sociedad. Por tanto, es una ruptura y hay que poder asimilarla. 

--Claro, hay muchos docentes colapsados, los padres también y los chicos otro tanto ¿qué hacemos con todo eso?

--Y allí debemos ser claros. Lxs adultos familiares no son el relevo de lxs docentes en casa. Así como no podemos pretender que lxs adultos familiares reemplacen a lxs docentes, tampoco podemos pretender que los docentes sostengan la escolaridad en las casas de lxs estudiantes. Habrá que pilotear este momento como un estado de excepción en el que logremos que docente y referentes familiares puedan convertirse en socios de este momento transitorio. Lo fundamental no es pretender el desempeño regular, porque estaríamos todxs como alumnxs docentes y familias irregulares.

--Volviendo a la primera pregunta ¿por qué complementario?

--Porque a pesar de lo incierto y lo difícil de la situación puede transformarse en complementario en la medida que podamos aprovechar algunas virtudes de la virtualidad, como la horizontalidad en la relación pedagógica, que rompe con la lógica del docente que lo sabe todo y transmite a los alumnos como si fueran siempre un recipiente vacío. Y permite alterar la simultaneidad, esa condición diferida que en muchas áreas permite al otro trabajar más acorde a sus propios tiempos. 

--Está bueno aprovechar lo complementario como oportunidad.

--Digo transitoria para advertir a los que se pasan de rosca o los que se sienten impotentes… porque a una mamá que no terminó la secundaria es difícil ayudar a su hijo en la universidad. Hay que tener la convicción de que lo transitorio supone que lo importante es sostener el vínculo. Yo estoy convencido de que todo lo que tiene que ver con la calificación hay que dejarlo para cuando volvamos al cara cara. Evaluar en el sentido de calificar promover. Si evaluar es para dar una mano, está bien. Pero si evaluar es repetir todo lo que te mandé para la prueba, no es la idea. Porque genera impotencia, colabora con diseminar el pánico cuando lo que hay que hacer es trabajar para convivir con el miedo. Hay que tratar de no entrar en la lógica mediática que contribuye al pánico. Hay que convivir con el miedo. 

--La enseñanza a distancia, en este contexto, pone en evidencia las desigualdades sociales estructurales. ¿Qué hacer con eso?

--La pandemia, y por tanto esta cuarentena ponen en evidencia las desigualdades que ya existen con antelación y en este contexto se hacen más visibles y preocupantes. Comprender que existen diversas maneras de atravesar la cuarentena, en condiciones hogareñas cómodas aunque con dificultades, pero especialmente detenernos en quienes no poseen condiciones básicas para satisfacer necesidades de vivienda, alimentación y demás derechos.

--¿Se puede aprender virtualmente?

--Hace 22 años que trabajo enseñando en propuestas virtuales y siendo tutor de estudiantes. La virtualidad tiene sus propias lógicas. No es lo presencial transformado mecánicamente. Algunos creen que es eso. Hay que advertirles. Hay que estar atentos a la desigualdad. No es lo mismo una familia que tiene recursos para comunicarse y establecer relación virtual tanto a nivel laboral como en formación escolar, que otra que está desprovista de esos recursos. Por eso es la presencia importante del Estado. 

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