El 65% de los profesores sufre síndrome de burnout

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El 65% de los profesores de educación primaria podría sufrir síndrome de burnout, que se caracteriza por agotamiento emocional y falta de interés por el trabajo, lo que además se asocia a un mayor estrés en los alumnos.
El 65% de los profesores sufre síndrome de burnout
Los resultados del estudio sugieren que podría estar produciéndose una transmisión bilateral del estrés entre profesores y alumnos.
Alrededor del 65% de los profesores de educación primaria padece síndrome de burnout o alguna de sus manifestaciones iniciales, como agotamiento emocional y falta de realización al ejercer su profesión, como consecuencia de una relación inadecuada y frustrante con sus alumnos o compañeros de trabajo, según revela una investigacion de la Universidad de la Columbia Británica (UBC) de Vancouver (Canadá), que también señala que el agotamiento de los docentes podría estar asociado con el estrés de los alumnos.
En las aulas donde los profesores referían una mayor fatiga emocional los niveles de cortisol de los alumnos eran elevados
El objetivo de los investigadores era comprobar si existían vínculos entre la sensación que tenían los profesores de estar quemados con su actividad laboral y los niveles de cortisol -una hormona que indica la presencia de estrés- de los estudiantes. Para ello, analizaron los datos de 17 escuelas públicas de Vancouver, en las que obtuvieron muestras de saliva de más de 400 alumnos de primaria, observando que en aquellas aulas donde los profesores referían una mayor fatiga emocional los niveles de cortisol de los alumnos eran elevados.
Eva Oberle, profesora asistente de la Asociación de Aprendizaje Temprano Humano de la UBC, y autora principal del trabajo, ha explicado que sus hallazgos sugieren que podría estar produciéndose una transmisión bilateral del estrés entre profesores y alumnos, y que la relación entre el agotamiento de los maestros y el estrés de los estudiantes es un problema cíclico en las escuelas.
La experta ha añadido que este estudio -que se ha publicado en Social Science & Medicine- recuerda los problemas a los que se enfrentan profesores y educadores, y que el hecho de que no reciban el apoyo necesario reduce su capacidad para gestionar eficazmente la clase y, como consecuencia, que no se cubran las necesidades de los estudiantes, y se eleven por tanto sus niveles de cortisol. También es posible que la tensión proceda de los alumnos, a los que puede ser más difícil enseñar por tener problemas de comportamiento o necesidades especiales, lo que podría agobiar y agotar a los docentes.
Según Kimberly Schonert-Reichl, profesora de Educación de la UBC y coautora de la investigación, la enseñanza es una de las profesiones más estresantes y los profesores precisan apoyo y recursos que les permitan combatir el agotamiento y disminuir el estrés en las clases porque, en caso contrario, los estudiantes sufrirán daños colaterales, ya que los niveles elevados de cortisol en niños de primaria se asocian a trastornos de aprendizaje y de salud mental.

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