Pavel Luksha: "Si no cambiamos la educación, nuestra civilización puede colapsar"


PARA LA NACION
DOMINGO 24 DE JULIO DE 2016
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La civilización actual corre el riesgo de seguir el destino de la romana, la sumaria y la egipcia, y desaparecer bajo el peso de su propia complejidad social. El experto ruso en educación Pavel Luksha dice que la adaptación a los desafíos del siglo XXI depende de un cambio en la educación, y que si no logramos adecuarnos está en riesgo la existencia.
"Vivimos en un mundo cada vez más complejo y que cambiará cada vez más rápido. Para sobrevivir se necesitará de la colaboración masiva. Todo lo que tenemos -comida, edificios, dispositivos electrónicos- requiere de la colaboración de todo el mundo. Si esa conexión colapsa no podremos mantenerlos", dice Luksha, profesor de Skolkovo School of Management en Moscú, fundador y director de Global Education Futures (GEF), una plataforma colaborativa internacional que ayuda a desarrollar innovaciones educativas en todo el mundo, que fue lanzada en 2014 y que impulsó iniciativas en Rusia, la Unión Europea y Estados Unidos. El experto fue invitado semanas atrás a Buenos Aires por el Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA).
Las consecuencias de no poder adaptarnos y trabajar colectivamente están calculadas. Si volviésemos a la cultura y tecnología de hace 100 años, el mundo no podrá mantener a la población actual de 7000 millones de personas, sino sólo a 1500 o 2000 millones. Si volviésemos a la Edad de Piedra, el máximo número de gente que podría soportar el planeta sería 300 millones. "Tenemos que cambiar la educación para afrontar los desafíos del siglo XXI, porque el principal riesgo es que nuestra civilización colapse. O generamos un avance que permita una forma de vida colectiva o colapsamos como civilización. No va a pasar mañana, sino que puede pasar en 30 o 50 años, pero el siglo XXI sin dudas es el decisivo para nosotros", explica el experto en educación.

Alumnos de 100 años

"Todo lo que los jóvenes aprenderán será obsoleto en 10 años"
"Todo lo que los jóvenes conocen o aprenderán será obsoleto en 10 a 15 años. El Foro Económico Mundial dijo que los puestos de trabajos más prominentes en 2015 no existían en 2005. La educación debería abordar todo el ciclo de vida de las personas. Y no es la vida hasta los 60 años. Ahora las personas viven activamente hasta los 80 o 90 y en los próximos años será hasta 110 y 120. Hasta los 100 van a estar muy activos y la educación no está preparado para eso", dice Luksha.
Para el experto ruso, los ciclos de educación deberán ser más cortos y contener "nuevas habilidades y una nueva alfabetización". "Ya no hay tareas estandarizadas, sino que todas son creativas. Tampoco se pueden desarrollar en solitario, sino en colaboración. No se trabaja sólo con máquinas, sino con seres humanos y eso demanda sensibilidad emocional. Todo esto demanda un cambio completo de la currícula en la escuela y la universidad, y una educación continua toda la vida", explica.

Mentes bajo presión

"Hay que saber lidiar con información tóxica"
Hacer higiene informativa será una habilidad requerida en el futuro próximo para descomprimir la presión que genera en nuestra mente estar online todo el tiempo. "Todos tenemos el riesgo de tener el síndrome de hiperactividad y déficit de atención, el senior management también. Cada vez habrá más pantallas con las que interactuar y hay que saber cómo manejar la información, cómo lidiar con la que es tóxica y cómo filtrarla. Necesitamos de mindfulness (traducible como atención consciente o conciencia plena) no como algo esotérico, sino para manejar la presión del trabajo y la vida. Esto no se enseña en las escuelas, pero será necesario", dice Luksha.

Educar empleos que aún no existen

"En la educación dual los estudiantes pasan la mitad de la semana aprendiendo y la otra en el lugar de trabajo"
Preparar a los jóvenes para empleos que aún no se conocen es imposible, pero sí se los puede formar en habilidades de pensamiento que los ayudarán a ocuparlos. "Podemos formarlos para ser más resilientes, responder a diferentes desafíos, ser más adaptables y flexibles, y aprender y olvidar cosas que no son útiles. Más allá de cuál sea el trabajo del que se trate la persona podrá ejercerlo", explica Luksha.
En cuanto a la formación técnica, el cambio no radica en dejar de formar jóvenes para que luego busquen un empleo, sino en crear currículas mixtas. "En la educación dual los estudiantes pasan la mitad de la semana aprendiendo y la otra en el lugar de trabajo, y lo que aprenden lo aplican. La otra manera es tomar problemas del mundo real y llevarlos a la universidad. Y volver con una solución a la compañía. Esto ya sea hace", agrega.

2035 en la mira

"El juego permite desarrollar competencias"
Un estudio realizada por GEF indica que para 2035, los formatos más usados en la educación y la interacción social serán el juego y el trabajo en equipo. "Más allá de que es motivante, el juego permite ejercer diferentes roles y desarrollar competencias que no tenemos en nuestras vidas normales. Eso ya sucede. Para tener éxito es necesario interactuar con distintas personas y para eso hay que entenderlas", dice Luksha.

Pavel Luksha

Dedicado al estudio de los sistemas educativos
Edad: 39 años
Origen: Rusia
Director de la plataforma Global Education Futures. Es profesor de Skolkovo School of Management, de Moscú.
Miembro del Expert Council de la Agencia de Iniciativas Estratégicas
Creador de Neuroweb, un consejo interdisciplinario que ha reunido a investigadores y a empresas de tecnología

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