¿Cómo pueden hacer los docentes para entusiasmar a sus alumnos?


Humor, creatividad, planificación e interpretación son algunas de las herramientas que tienen para acaparar la atención de los jóvenes
LA NACION
VIERNES 09 DE SEPTIEMBRE DE 2016 • 00:41
Foto: Pixabay
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Cualquier docente envidiaría a Lionel Messi, su forma de acaparar miradas y las horas que los fanáticos pasan debatiendo sus jugadas. La magia del jugador radica en lo inesperado, en la sorpresa. Ninguno de sus movimientos es previsible. Cuando él agarra la pelota nos suben las pulsaciones, se nos corta el aliento pensando qué va a hacer, para dónde va a ir. Si no somos de pararnos, como mínimo nos aferramos a la butaca. No hay distractores: toda nuestra atención está concentrada en Lionel.
Existe una generación que no percibe el mundo por fuera del celular o cualquier otro dispositivo tecnológico, que difícilmente logra abstraerse y concentrarse en la clase. Y aunque son nativos digitales con intereses distintos a los de hace un siglo, el sistema educativo tradicional se mantiene prácticamente intacto -un docente parado con un pizarrón detrás, le da clases a una treintena de jóvenes que toman notas sentados en sus pupitres, luego llegan a sus casas, hacen la tarea y son evaluados con calificaciones que van del 1 al 10-.
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Se dice que los alumnos de hoy son "desatentos", "dispersos" y que "no se interesan por nada". Pero lo cierto es que cada vez que Messi agarra la pelota todos entienden su lenguaje. Tal vez, hoy el problema sea lograr ese encuentro, un lenguaje que acerque a docentes y alumnos, que los haga patear para el mismo lado.
Sobre esto habla Salvador Ottobre -profesor en Letras, conferencista y ex director de contenidos de los canales Educable y Cl@ase- en su libro Hagan lío, docentes (Editorial Stella), que se presenta como una guía práctica para que los maestros revean la forma en la que están llegando a sus alumnos, modifiquen la estructura de las clases y sumen herramientas innovadoras.
Algunos de los tópicos que toca el autor son:
Creatividad: supone planificación, no improvisación. Los docentes deben manejar un programa y un horizonte.
Actuación: propone que los docentes tomen clases de teatro o, al menos, adquieran herramientas de esa disciplina para poder manejar los silencios, el tono de voz, simular ingenuidad o perplejidad.
Estrategia: Ottobre dice que la viveza criolla puede hacer "zafar" al docente pero asumir esa conducta de forma sistemática lo puede llevar al fracaso. La estrategia es previsión, pero el plan debe poder flexibilizarse.
Nuevas tecnologías: deben ingresar al aula guiadas por el docente.
Humor: sonreír no es ser blando. Los códigos de humor son un puente para que el profesor pueda llegar a los alumnos.
Inteligencia emocional: la emoción potencia la atención y alimenta el interés, lo que hace fluir el proceso educativo. Hay que lograr tener empatía con los alumnos y no preparar las clases solo desde el razonamiento sino desde la emoción.
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Lili Ochoa De la Fuente es pedagoga con amplia trayectoria en gestión de políticas públicas y dirección de escuelas. A diferencia de Ottobre, dice que los que tienen que promover los cambios y darles direccionalidad son los directores de escuela: "Faltan directores haciendo lío, transgrediendo los usos y costumbres. Hacer lío es ser creativos, autónomos y tomar decisiones. Ellos deben contagiar a los docentes".
"Hache" Ariel Merper, coordinador de Educación de Chequeado y de los clubes de ideas de TEDxRiodelaPlata, rescata que "la escuela es una de las formas en que la sociedad se reproduce en términos de pautas culturales. Si vemos de dónde venimos y hacia dónde hemos llegado no está tan mal. La humanidad logró mejorar su calidad y esperanza de vida, realizó grandes avances científicos y tecnológicos. La escuela tradicional fue exitosa pero cuando proyectamos qué sociedad queremos a futuro nos empieza a hacer ruido".
Respecto al rol docente, Merper dice que "el modelo del profesor que planificaba su clase para que le dure cinco años está agotado. El docente debería estar pensando todo el tiempo cómo sorprender a los chicos. A veces eso puede ser frustrante, porque los docentes no se pensaron a sí mismos como productores de contenido".
Entre las distracciones de la tecnología y la velocidad de la información, más de un docente envidia el poder de Messi para captar la atención
Entre las distracciones de la tecnología y la velocidad de la información, más de un docente envidia el poder de Messi para captar la atención. Foto: Shutterstock
Merper coincide en que para ser más creativos deben planificar las clases. Otras herramientas que pueden ejercitar los docentes son: "Estar en contacto con un ecosistema de gente que está haciendo cosas interesantes, escuchar a los alumnos y al clamor general de ese momento, planificar sin prejuicios y tratar de incorporar los hábitos de los chicos. Yo escuché docentes de educación física decir 'ahora no se puede hacer nada porque los chicos están todo el día con Pokemon Go'. Antes nos quejábamos de que el celular no los hacía mover, los estupidizaba. Ahora tienen una herramienta para que los chicos se muevan y se diviertan. En lugar de oponerse a eso deberían sacarle el jugo".
Para Ochoa De la Fuente el problema es que "los docentes y los alumnos se aburren en clase". "La razón por la que esto sucede -concluye- radica en que la transmisión de conocimientos es aburrida. Los jóvenes deberían recibir desafíos de los docentes y tener una participación explícita en la resolución de problemas. Para eso tienen que trabajar por proyectos. Es evidente que la escuela moderna está agotada. El modelo productivo y cultural para el que fue creada ya no existe".
La de Messi es una linda forma de hacer lío, de romper el molde. Y eso es lo que tienen que buscar los docentes: que cuando se paran al frente de la clase, los jóvenes estén a la expectativa de qué va a pasar, deseosos de aprender y de entender el mundo.

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