La ansiedad que nos daña



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Bernardo Stamateas
JUEVES 01 DE SEPTIEMBRE DE 2016 • 01:33
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Actualmente gran cantidad de gente vive con ansiedad, la cual afecta su vida tanto a nivel psicológico como físico. Un ansioso tóxico alimenta a diario pensamientos negativos (a veces catastróficos) del tipo: "¡Cuidado! El mundo es peligroso"; o "algo malo va a ocurrir"; o "nunca lograré cambiar".
Las personas que sufren de ansiedad, por lo general, en el fondo temen enfrentar el futuro. Pero todo aquello que evitamos a toda costa adquiere una dimensión gigantesca; mientras que todo aquello que nos disponemos a resolver se mantiene en la perspectiva adecuada. Hallar soluciones a las dificultades que tenemos no solo puede resolver la ansiedad, también nos libera de los ataques de preocupación que tanto daño nos causan.

Definición de ansiedad

La ansiedad consiste en una reacción automática que nos prepara para actuar frente a una amenaza. Es una alerta de nuestro cuerpo ante determinadas situaciones, que cumple una función adaptativa y nos capacita para la resolución.
Todos necesitamos sentir un poco de ansiedad para vivir. Pero mientras es posible manejar una ansiedad normal y leve, cuando ésta se convierte en ansiedad crónica afecta tanto a la persona que la padece como a su entorno. Si yo estoy en el aeropuerto tomando algo antes de partir y de pronto me doy cuenta de que mi avión está próximo a despegar, me levantaré de un salto para dirigirme rápidamente a la puerta para abordar. Dicha reacción es normal y resulta útil porque lo empuja a uno a la acción. Este tipo de ansiedad se dispara también toda vez que nos encontramos frente a una situación nueva, ya sea que se trate de un empleo, de un viaje, etc. Ahora, si yo me siento preocupado y nervioso cuando aún falta una hora para subir a mi avión, evidentemente no es una ansiedad buena, pues se dispara en cualquier momento y no cuando puede resultar útil.
Si una persona va caminando por la calle y de repente observa que se acerca alguien sospechoso, se desviará de su camino para evitar cruzarla. Pero si esta persona fuera cinturón negro de karate, no tendría que desviarse porque poseería recursos para enfrentarla (y vencerla), en caso de que necesitara hacerlo. ¿Qué significa esto? Que es fundamental "ordenar nuestro enfrentar", ya que la ansiedad aumenta cuando no accionamos. No enfrentar una cuestión sin resolver es considerarla una amenaza.
¿Es posible agotar todos los recursos? De ninguna manera porque los recursos que tenemos a nuestra disposición son ilimitados e inagotables.
Cuando sufrimos de ansiedad, a menudo nos preguntamos: "¿Qué sucedería si... ?", una idea que se repite y se encadena con otras, lo cual nos produce, además, angustia. Frente a un problema que requiere resolución, la clave es preguntarse: "¿Qué puedo hacer?". Es aconsejable elaborar una lista de las posibles acciones y, sobre todo, comenzar a ponerlas en práctica. El hacer es una manera práctica de disolver la ansiedad. En una lista de temas que nos preocupan, podemos asignarle un puntaje de 1 a 10 a cada uno y empezar a ocuparnos. Dicha actitud da lugar a un círculo virtuoso de motivación.
La vida es demasiado valiosa como para perder años de calidad de vida a causa de la ansiedad tóxica que puede llegar a afectar nuestra salud seriamente. Si lo que hicimos hasta el momento no funcionó, probemos algo diferente, innovemos, atrevámonos a dar el salto. Las herramientas que portamos en nuestro interior son infinitas.

¿Qué clase de ansiedad hay tu vida: normal o crónica?

Si tenés alguna inquietud, podés escribirme a Bernardoresponde@gmail.com

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