El arte como puente de unión y reflexión: Elena Requelme

ENTREVISTA

Elena Requelme es autora de un libro de anatomía del cuerpo humano en movimiento dirigido a estudiantes.
 
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CON SU CREACIÓN. Requelme comenzó a estudiar la anatomía de la figura humana en la década del 90. LA GACETA / FOTO DE ANTONIO FERRONI.


Roberto Espinosa
LA GACETA

Cuerpos enlazados. Manos abiertas al tiempo. Nervaduras de músculos. Espinazos encorvados, tal vez de amor. Silencios tallados en muslos. Rodillas. Dedos que abren la luz. Parecen fugados de la punta del lápiz y se acurrucan en la humanidad del abrazo de Atlas. “Su especial valor didáctico es de fundamental importancia para los estudiantes, incluso los profesionales que se interesen por adquirir un amplio conocimiento de la figura”, escribió sobre su trabajo el pintor Fued Amin.Elena Requelme es autora del libro “Estructuras ósea-artro-muscular del cuerpo humano en movimiento”, uno de cuyos prólogos es del doctor Jorge Farall. “El libro está destinado a estudiantes de artes y aficionados. Es un estudio de la anatomía del tórax y los miembros superiores del cuerpo humano, en el movimiento. Es una adaptación específica para quien estudia la anatomía, con el fin de conocerla para poder representarla, para dibujarla, sobre una base científica, ya sean estudiantes de artes o cualquier persona que le interese el dibujo de la figura humana”, explica la artista plástica y docente de la Facultad de Artes de la UNT, quien en la década de 1990 inició un proceso de lectura y dibujo de huesos, articulaciones y músculos del cuerpo, a partir de libros de anatomía artística.

Requelme señala que en una primera instancia, se describen y analizan aspectos anatómicos básicos referidos a la forma, dirección, ubicación y proporción de huesos, articulaciones móviles y músculos. En una segunda instancia, muestra lo descripto, ya sea huesos, articulaciones o músculos dentro de planteos estructurales del cuerpo que pueden ser, poses académicas, de taller o poses libres, construidas con estructuras geométricas (plana y con volumen).

- ¿Cómo vives el arte?

- Siempre lo viví como una necesidad continua de comunicación, de expresión de sensaciones, sentimientos, pensamientos e ideas referidas al contexto cercano o no a mi realidad y que sensibilizan mi mundo interior. Vivo el arte, esencialmente a través de mi humanidad, pero también desde la humanidad de los demás, y es ese sentimiento de humanidad el que me lleva a crear, a imaginar, a repensar otras formas o caras posibles de ver las diferentes realidades del ser humano.

- ¿El dibujo es el que mejor expresa tu mundo interior?

- En el dibujo, la línea me permite expresar, con mayor espontaneidad, de una forma más certera, casi minuciosa, las estructuras óseas, especialmente, de manos, rodillas, pies, cabeza, columna; la construcción de los volúmenes de las masas musculares, así como la epidermis traslúcida de la piel; los ojos de miradas enérgicas, profundas. La línea delinea y construye, en posiciones escorzadas, los cuerpos, los aproxima, los une, manifestando mi serena y silenciosa interioridad.

- ¿Qué temas te tocan las fibras de artista?

- En mi obra, el eje temático que me sensibiliza, siempre fue y es el ser humano, en diversas circunstancias espirituales y materiales. Puede decirse que es un planteo sobre el hombre filosófico, social, ético. El estado interior del hombre contemporáneo, de un reciente fin de siglo y del comienzo de uno nuevo, inmerso en un cosmos, es una parte. Un hombre que no tiene bases, ni límites que lo contengan, que vive en un contexto complejo, conflictivo, dificultoso, tecnificado, materialista, globalizado, consumista, injusto, donde se dan rupturas, pérdidas, ausencias de valores tradicionales, ancestrales y de las virtudes propias de la naturaleza humana, a los que podría asirse y accionar con seguridad.

- ¿Cuál es tu misión como artista?

- Sabemos que el artista es producto de su tiempo, está contenido en una realidad cotidiana, que le provoca reacciones y lo lleva a expresarse, a traducirlas en su obra, con los signos que corresponden a su realidad interior y que constituyen la significación, el mensaje. Como ser humano, trato de dar cauce a esa parte de la esencia humana, que busca lo verdadero, lo bello, lo bueno, lo justo, lo grandioso; y como artista de un nuevo milenio, en el que el desarrollo tecnológico, del intelecto no es paralelo al desarrollo espiritual del hombre (sin el cual no es posible la construcción de un mundo mejor), mi obra plástica intenta, en alguna medida, ser un puente de unión que permita al espectador reencontrarse con su naturaleza espiritual y reafirmarla, que lo lleve a reflexionar, a mirar su interior, a dialogar consigo mismo, a reconocer a Dios, a respetar a los demás seres de la naturaleza y a mirarse como parte de un todo.

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