Caracterización de los contextos rurales y sus escuelas
refleja la diversidad de realidades localizadas en contextos rurales ni evidencia la
complejidad de las relaciones que en ellos se establecen. En correspondencia con
ello, no existe una definición universal de ruralidad.
Así, diferentes autores ofrecen aportes para un acercamiento progresivo a
esta conceptualización.
Un estudio realizado por la Organización de las Naciones Unidas para la
Agricultura y la Alimentación (FAO) junto con la Organización de las Naciones Unidas
para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y el Instituto Internacional de
Planeamiento de la Educación (IIPE), publicado en el año 2004, Educación para el
desarrollo rural. Hacia nuevas respuestas de política, plantea que la definición del
sintagma área rural debe satisfacer dos criterios: uno relacionado con el lugar de
residencia y el patrón de ocupación de la tierra, y el otro con el tipo de trabajo que
realizan sus residentes. En primer lugar, el área rural es generalmente un espacio
abierto, con baja densidad de población. Así, una elevada proporción del área no
habitada o de tierra utilizada se destina a la producción primaria (minería, agricultura,
ganadería, forestación, pesca). En segundo término, los residentes del área rural
dependen en gran medida (directa o indirectamente) de esas actividades primarias
de producción como sus principales (si no únicas) fuentes de subsistencia.
Otros autores utilizan un enfoque que comprende varios criterios, a partir de
los que definen al área rural como:
- solo una pequeña parte del paisaje;
- un entorno natural dominado por pastos, bosques, montañas y desiertos;
- un asentamiento de baja densidad (entre 5.000 y 10.000 personas);
- un lugar donde la mayoría de las personas trabaja en explotaciones agrícolas;
- un ámbito donde existe disponibilidad de tierra a un costo relativamente bajo;
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